Home Técnica Cómo prevenir colisiones espaciales: el desafiante viaje del despliegue de satélites

Cómo prevenir colisiones espaciales: el desafiante viaje del despliegue de satélites

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La rápida expansión de las redes satelitales es uno de los avances más interesantes de nuestro tiempo, ya que lleva Internet de alta velocidad y capacidades de comunicación avanzadas incluso a los rincones más remotos de la Tierra. Pero a medida que ponemos en órbita más satélites, enfrentamos un desafío nuevo y urgente: cómo gestionar la creciente congestión en el espacio y garantizar la seguridad y sostenibilidad de estas operaciones vitales.

El repentino aumento en el número de satélites que ahora orbitan nuestro planeta (SpaceX lanzó más de 1.800 solo en 2023) ha introducido complejidades sin precedentes en la identificación de objetos espaciales y la gestión del tráfico. El riesgo de colisiones, que podrían crear peligrosos campos de escombros, es real y creciente. Este desafío no consiste sólo en evitar accidentes catastróficos; se trata de garantizar que los beneficios de la tecnología satelital sigan siendo accesibles para todos sin interrupciones.

SpaceX, en particular, ha estado realizando lanzamientos a un ritmo muy intensivo. Una misión de transporte típica suele transportar docenas de satélites que, una vez desplegados, permanecen muy próximos durante días antes de separarse gradualmente. Esta agrupación de satélites añade mayor complejidad a las operaciones espaciales. Históricamente, la industria espacial ha dependido del 18.º Escuadrón de Defensa Espacial, que proporciona servicios de detección de objetos y alertas de colisiones a través de space-track.org. Anteriormente, esta organización podía identificar y catalogar satélites a los pocos días de su lanzamiento. Sin embargo, el aumento actual de lanzamientos de satélites ha ampliado el tiempo necesario para catalogar nuevos objetos a varias semanas, lo que a menudo requiere asistencia de los operadores de satélites para distinguir con precisión entre satélites individuales.

Además, el mensaje de parámetros orbitales de SpaceX, que proporciona coordenadas de despliegue, solo es útil durante un corto período de tiempo debido a las incertidumbres asociadas con los modelos de propagación orbital. Esto, combinado con la alta frecuencia de lanzamientos y despliegues densos, hace que la gestión del tráfico espacial sea aún más desafiante.

Para abordar los crecientes desafíos de las operaciones satelitales, es esencial que las empresas adopten medidas proactivas, como la integración de sistemas avanzados de dinámica de vuelo (FDS) para una gestión más eficiente. La determinación precisa de la órbita, especialmente en las primeras etapas de una misión, es fundamental para mantener las comunicaciones por satélite y garantizar maniobras operativas oportunas. Sin él, existe un riesgo importante de perder el contacto con los satélites durante períodos prolongados, lo que puede poner en peligro el éxito de la misión.

Para mitigar estos desafíos, recomendamos equipar los satélites con capacidades de propulsión para maniobras para evitar colisiones cuando sea necesario, además de integrar sistemas avanzados para una gestión orbital precisa. En Sateliot hemos dado estos pasos incorporando a nuestras operaciones el avanzado FDS de GMV. Este sistema fue crucial para determinar las órbitas de nuestros cuatro satélites recién lanzados durante la fase inicial crítica de la misión, asegurando una comunicación continua y estabilidad operativa.

Este nivel de precisión y control no tiene precedentes y no podría haber llegado en un momento más crítico. A medida que más empresas y países lanzan sus propias constelaciones de satélites, la comunidad espacial mundial enfrenta la difícil tarea de coordinar estas actividades para evitar interferencias y garantizar operaciones seguras.

De cara al futuro, la integración de los sistemas de propulsión con FDS representa la próxima frontera en seguridad espacial. Con esta capacidad, los satélites no son sólo objetos pasivos que deben ser rastreados: se convierten en participantes activos de su propia seguridad, capaces de ejecutar maniobras para evitar colisiones cuando sea necesario. Esto supone un cambio de juego, ya que permite una mayor autonomía y capacidad de respuesta en las operaciones satelitales.

En un contexto más amplio, estas innovaciones no tienen que ver sólo con la tecnología: tienen que ver con preservar el futuro de la exploración y utilización del espacio. La capacidad de gestionar de forma segura el tráfico espacial garantiza que podamos seguir ampliando nuestra presencia en órbita sin poner en peligro los recursos de los que dependemos. A medida que avancemos, la determinación precisa de la órbita y los sistemas de propulsión avanzados serán esenciales para configurar un futuro sostenible y próspero en el espacio.

El progreso que se está logrando en este campo ofrece una idea de lo que es posible cuando la innovación está impulsada por la necesidad. Nos recuerda que los desafíos de hoy se pueden enfrentar con las tecnologías del mañana y que con las herramientas adecuadas podemos mantener la última frontera abierta y accesible para todos.

Marco Guadalupi es ingeniero de telecomunicaciones con más de 20 años de experiencia, actualmente se desempeña como CTO de Sateliot. Como ex CTO del Grupo Eurona Telecom, Guadalupi lideró el despliegue de la primera red fija de banda ancha de España en la banda de 3,5 GHz y gestionó la red de dispositivos satelitales más grande de Europa.

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