A más de un año de su próxima elección, la gobernadora Kathy Hochul parece desesperada y desafortunada.
La última señal: ha enviado otros 250 miembros de la Guardia Nacional para “ayudar a mantener seguro el metro” durante la temporada de compras navideñas y tal vez más allá.
Sin embargo, los guardias legalmente no pueden hacer la mayor parte de la aplicación de la ley, sólo revisar las maletas.
No van a sacar a ese loco delirante del andén, lo siento.
Pero la ayuda total de 1.000 guardias proporciona una “sensación de seguridad”, insiste el gobierno. ¡Feliz navidad!
Al menos eso no es tan insultante como su afirmación de que nos está ahorrando dinero imponiendo peajes de “sólo” 9 dólares en lugar de los 15 dólares originalmente previstos.
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Y no importa que el plan sea que los peajes aumenten a 12 dólares en 2028 y 15 dólares en 2031.
Es posible que los aumentos sean más rápidos y más altos: la única desventaja real de EZPass es que hace que los aumentos de peaje sean casi invisibles.
Podría decirse que peores son sus aburridos cheques de reembolso de 500 dólares para “reducir la inflación”, que hasta ahora es sólo una propuesta de 3 mil millones de dólares para el próximo presupuesto estatal, al que aún faltan meses.
Sin embargo, está ocupada fingiendo al respecto, con viajes recientes a Co-op City en el Bronx, el Queens Mall y un supermercado del norte del estado para sesiones fotográficas promocionando su obsequio, que solo nos da una muestra de nuestro propio reembolso en efectivo, y no Ni siquiera cubren un tercio del peaje por “congestión”.
El hecho es que el gobierno ya enfrenta crecientes desafíos para 2026 por parte de los representantes Ritchie Torres, un demócrata del Bronx, y Mike Lawler, un republicano del Valle de Hudson.
Diablos, incluso el vicegobernador Antonio Delgado, su número 2 elegido, está ocupado elevando su perfil con miras a algún cargo más alto.
Lamentablemente, los trucos poco convincentes no son la única forma en que el siempre cauteloso gobierno intenta reforzar su posición: también se está alejando de las reformas de sentido común.
Para ganarse el favor de los votantes suburbanos y los sindicatos de docentes, Hochul abandonó su llamamiento a recortar la financiación a los distritos escolares cada vez más reducidos, incluso cuando un informe del Instituto Rockefeller que ella encargó señalaba el escandaloso e injusto despilfarro.
De repente, Hochul está de acuerdo con la disposición de “eximir de responsabilidad” que obliga a Albany a financiar a niños “fantasmas” –es decir, a seguir enviando dinero en efectivo incluso a distritos ricos donde la matrícula está cayendo– y así mantener el pleno empleo para maestros y administradores.
Nuevamente: faltan casi dos años para las próximas elecciones para gobernador, pero Hochul ya está tambaleándose.
La pregunta está empezando a parecerse menos a si tiene alguna esperanza de aguantar, y más a: ¿cuánto daño causará durante el resto de su mandato?