La economía suiza se está expandiendo lentamente, impulsada por el comercio pero afectada por las débiles cifras del sector manufacturero.
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En el período de julio a septiembre, el PIB de Suiza creció un 0,4% intertrimestral, frente al 0,6% registrado en el período de abril a junio.
Ajustado por eventos deportivos, este total llegó al 0,2% en el tercer trimestre, frente al 0,4% del segundo trimestre.
El mayor impulso al crecimiento provino del comercio, que aumentó un 1,4%, expandiéndose considerablemente después de cuatro trimestres débiles.
El consumo privado mostró un crecimiento superior a la media, del 0,5%, mientras que el consumo público y la inversión en construcción también aumentaron.
Los servicios sociales y de salud, por su parte, registraron un crecimiento del 0,5%, mientras que los servicios financieros registraron una caída del 2,3%.
Las inversiones en equipos como maquinaria, vehículos y tecnologías de la información cayeron un 1,3% y las importaciones cayeron un 0,4%.
El sector industrial registró un tercer trimestre particularmente malo.
La manufactura cayó un 1,1%, mientras que la industria química y farmacéutica creció apenas un 0,2% tras el fuerte crecimiento del trimestre anterior.
“La economía suiza es muy abierta y está fuertemente influenciada por su entorno, particularmente por sus países vecinos, que se han estado desacelerando”, dijo Philippe Bacchetta, profesor de macroeconomía en la Universidad de Lausana.
Dijo a Euronews que, no obstante, el consumo interno sigue siendo sólido.
“En mi opinión, las perspectivas a corto plazo son estables, con un consumo estable, exportaciones moderadas y una inversión débil. Sin embargo, a medio plazo, la importante incertidumbre en el entorno mundial plantea riesgos para las exportaciones, mientras que un bajo nivel de inversión es motivo de preocupación”.