13 de noviembre de 2024 8:10 a. m. EST
Splinters se centra en dos momentos decisivos en la vida de la ensayista Leslie Jamison que coincidieron: el nacimiento de su hija y su separación de su marido. El libro mantiene al ex de Jamison a una distancia respetuosa pero a veces frustrante. Por lo tanto, las “astillas” (o capítulos) se centran en flashbacks anteriores del matrimonio, intentos de romance después de la ruptura y, lo más convincente, la maternidad. Las escenas de Jamison empujando un cochecito sin rumbo por museos, desesperada por ocupar su mente más allá de las preguntas sobre cómo hacer eructar al bebé y correr por los pasillos para amamantar mientras se encuentra en una gira de promoción de libros, resonarán en muchas nuevas mamás. Las memorias abordan algunas de las mismas preguntas que Jenny Offill planteó en su éxito de 2014, Departamento de especulación: ¿Pueden las madres ser “monstruos del arte”, creativas que devoran sus vidas personales y las escupen como obras de arte? Es refrescante que Jamison no suene una sentencia de muerte para la creatividad en la crianza de los hijos. Escribe con admiración sobre otros artistas que encuentran formas de incorporar a sus hijos a su trabajo o de forjarse una vida separada de sus familias. Tampoco repite clichés sobre los niños como fuente de inspiración. En cambio, escribe de manera evocadora sobre su enamoramiento por su pequeña hija. El libro no tiene un final claro ni una moraleja y es mejor por ello. Jamison escribe: “No estaba seguro de qué arco narrativo estaba siguiendo ni qué final merecía”.
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