El debate sobre el valor del trabajo flexible para los trabajadores gubernamentales se ha intensificado, no sólo a nivel federal sino también en el gobierno estatal, y algunos legisladores se muestran inflexibles en cuanto a exigir el regreso a los entornos de oficina tradicionales.
En Wisconsin, esto ha llegado a un punto crítico, con el gobernador Tony Evers (D) amenazando con vetar cualquier presupuesto estatal que contenga mandatos de regreso a sus cargos para los empleados estatales.
Utilizando Wisconsin como lente, es evidente que obligar a los empleados gubernamentales a regresar en masa a las oficinas no sólo es contraproducente sino también miope, ya que ignora las realidades de la dinámica laboral moderna y la evidencia que respalda los acuerdos flexibles.
La experiencia de Wisconsin demuestra que el trabajo remoto mejora tanto la productividad como la equidad.
Evers ha destacado cómo las políticas de teletrabajo han permitido a las agencias estatales atraer una fuerza laboral geográficamente diversa, que ya no está atada a Madison o Milwaukee. Este enfoque aborda quejas de larga data sobre la desigualdad geográfica en las oportunidades de empleo estatales, permitiendo a personas calificadas de áreas rurales, especialmente a los padres, contribuir al gobierno estatal sin desarraigar sus vidas.
Obligar a estos empleados a regresar a oficinas centralizadas correría el riesgo de perder este progreso, limitar el grupo de talentos y marginar a aquellos que no pueden reubicarse o desplazarse fácilmente.
Contrariamente a las afirmaciones de escépticos como el presidente de la Asamblea, Robin Vos (R), quien sostiene que el trabajo remoto conduce a una disminución de la productividad, evidencia sustancial sugiere lo contrario.
Un informe de la Oficina de Gestión de Personal de la Casa Blanca encontró que el 72 por ciento de los supervisores federales creen que el teletrabajo ha mantenido o incluso mejorado la productividad de los trabajadores. Podemos suponer que los empleados del gobierno federal y estatal no son diferentes en este sentido.
De manera similar, una encuesta sobre el punto de vista de los empleados federales reveló que el 84 por ciento de los empleados federales con oportunidades de teletrabajo informaron una mayor satisfacción laboral debido a un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Estos hallazgos se alinean con las observaciones de Wisconsin, donde los empleados estatales han demostrado un desempeño efectivo a pesar de trabajar de forma remota. La percepción de que los empleados remotos “no lo están haciendo muy bien” carece de respaldo empírico y parece más arraigada en sesgos obsoletos que en datos de desempeño reales.
Además, mantener opciones de trabajo remoto ofrece ventajas financieras que son difíciles de ignorar. La Administración de Servicios Generales ha estimado que optimizar el espacio de oficinas para dar cabida al teletrabajo podría ahorrarle al gobierno federal más de mil millones de dólares anuales en costos de alquiler y mantenimiento.
En Wisconsin, es posible lograr ahorros similares mediante una menor dependencia de los espacios físicos de oficina. Una auditoría de 2023 realizada por la Oficina de Auditoría Legislativa encontró que la utilización promedio de las estaciones de trabajo de las oficinas estatales oscilaba entre 0 y 34,5 por ciento, lo que destaca la ineficiencia de mantener instalaciones grandes e infrautilizadas. Consolidar el espacio de oficinas y permitir que más empleados trabajen desde casa no solo reduciría costos sino que también abriría oportunidades para reutilizar o vender propiedades innecesarias, lo que potencialmente generaría ingresos adicionales.
Los beneficios del teletrabajo van más allá de la economía y la productividad. Es una herramienta fundamental para la retención y contratación de fuerza laboral, especialmente en una era en la que la flexibilidad es una prioridad absoluta para los empleados. Un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental encontró que las agencias que ofrecían políticas sólidas de teletrabajo atrajeron a más solicitantes y experimentaron menos problemas de retención. Por el contrario, las agencias con políticas restrictivas de teletrabajo, como la Agencia de Servicios Agrícolas, informaron importantes desafíos de contratación y retención.
En Wisconsin, la flexibilidad que brinda el teletrabajo ha permitido a las agencias competir por los mejores talentos en todo el estado, una ventaja crucial dado el competitivo mercado laboral. Exigir el regreso al trabajo de oficina socavaría este progreso, haciendo que los empleos estatales sean menos atractivos para los posibles empleados.
Los defensores de los mandatos de regreso a la oficina argumentan que el trabajo en persona fomenta la colaboración y el sentido de comunidad. Pero estas preocupaciones pueden abordarse sin desmantelar los acuerdos exitosos de teletrabajo. Los modelos híbridos, que equilibran el trabajo remoto y en la oficina, han demostrado ser eficaces en muchas organizaciones, manteniendo la colaboración y preservando la flexibilidad.
El enfoque actual de Wisconsin, que permite a los empleados trabajar desde casa a tiempo parcial o completo según sus funciones y desempeño, ejemplifica este equilibrio. Exigir la asistencia arbitraria a la oficina, como en la propuesta de Vos de tres o cuatro días a la semana, ignora los matices de los diferentes trabajos y socava la confianza entre empleadores y empleados.
La insistencia en obligar a los empleados a regresar a la oficina también ignora cambios sociales más amplios.
El trabajo remoto se ha convertido en una norma en muchas industrias, especialmente en el sector privado, remodelando las expectativas sobre la integración entre el trabajo y la vida personal. Los empleados valoran el tiempo y el dinero ahorrados al no desplazarse y la capacidad de equilibrar mejor las responsabilidades personales y profesionales.
En Wisconsin, donde algunos empleados viven a horas de distancia de los edificios de oficinas estatales, el trabajo remoto no es simplemente una conveniencia sino una necesidad. Exigir a estos empleados que se desplacen regularmente aumentaría la rotación y alteraría las vidas de los servidores públicos dedicados.
Las políticas de teletrabajo de Wisconsin están funcionando. Han mejorado la equidad, la productividad y el ahorro de costos. El gobierno del estado puede seguir prosperando adoptando prácticas laborales modernas o, de lo contrario, volver a políticas rígidas e ineficaces. El compromiso de Evers de preservar las oportunidades de trabajo remoto no es solo una defensa de la practicidad que ahorra dinero a los contribuyentes: es una defensa del progreso, la equidad y el futuro del trabajo.
Gleb Tsipursky, Ph.D., se desempeña como director ejecutivo de la consultora de trabajo híbrido Disaster Prevention Experts y es autor del best-seller “Returning to the Office and Leading Hybrid and Remote Teams”.