HELSINKI – China está desarrollando una dependencia de la conciencia situacional espacial basada en el espacio a medida que se expanden sus actividades espaciales, según un nuevo informe.
La presencia de China en órbita ha crecido dramáticamente en los últimos años, con un auge en el número de satélites lanzados y la construcción de la estación espacial Tiangong. Sin embargo, su arquitectura de conciencia situacional espacial (SSA) depende en gran medida de sistemas espaciales debido a su limitada red global de sensores terrestres, según un informe del Instituto de Estudios Aeroespaciales de China (CASI).
El informe proporciona nuevos conocimientos sobre la infraestructura del ASS de China y describe sus limitaciones y prioridades únicas.
China ha enviado al menos 10 naves espaciales a la órbita terrestre baja (LEO) para SSA espaciales, según un análisis de informes y literatura chinos de fuente abierta. En los textos se hace referencia a otros satélites no especificados en órbitas generales que realizan tareas SSA.
Los satélites destacados incluyen las naves espaciales de demostración de tecnología Shiyan y Shijian, así como satélites de los actores comerciales Changguang Satellite Technology, operador de la constelación de teledetección de Jilin, y Origin Space, una empresa de recursos espaciales.
Los satélites utilizan principalmente sensores ópticos (incluidos infrarrojos para detectar fuentes de calor, especialmente útiles cuando las naves espaciales están a la sombra de la Tierra, y LiDAR) y de radiofrecuencia, con una variedad de rangos de detección.
Los satélites chinos emplean procesamiento a bordo para tareas como evitar colisiones, con el objetivo de reducir la dependencia de estaciones terrestres limitadas y sobrecargadas. Esta autonomía permite tiempos de respuesta más rápidos, algo crucial para una nación con acceso limitado a redes de retransmisión globales. Se describe que el enfoque general de Estados Unidos se basa en el análisis de datos sobre el terreno con supervisión humana.
LEO es actualmente el foco principal de sus esfuerzos SSA debido a la densa población de satélites y los riesgos de colisión. Se presta menos atención a la órbita geoestacionaria, en la que Estados Unidos tiene más atención.
Se considera que el desarrollo del SSA espacial de China no sólo tiene usos y aplicaciones militares, sino también para evitar colisiones y otras razones estratégicas y económicas. Los esfuerzos también ayudan al objetivo de China de crear su propio catálogo de objetos espaciales, en lugar de depender de datos estadounidenses o rusos.
Los métodos tradicionales para rastrear e identificar satélites se están quedando atrás a medida que el espacio se vuelve más poblado, dejando lagunas e incertidumbres críticas.
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El enfoque de China contrasta con el de Estados Unidos, que integra SSA espacial con amplios sensores terrestres. La capacidad de China para instalar sensores terrestres está limitada por factores políticos. Estos enfoques divergentes traen consigo posibles desafíos y oportunidades, afirma el informe.
La dependencia de China de los activos de la SSA basados en el espacio podría aumentar las percepciones de amenaza si estos sistemas se interrumpen, lo que podría dar lugar a una mala interpretación de los incidentes. Por el contrario, sugiere el informe, esta dependencia también puede impulsar el compromiso de China con la estabilidad espacial, dada su creciente dependencia del espacio para operaciones económicas y militares.
El informe también recomienda que los reguladores estadounidenses aceleren el proceso para permitir que las empresas que suministren imágenes no terrestres en órbitas superiores permanezcan
competitivo con las empresas chinas.
La creación de un catálogo completo de objetos espaciales de China también podría tener implicaciones. Puede rivalizar con el sistema de seguimiento espacial de Estados Unidos y servir como alternativa para usuarios globales, reduciendo potencialmente la influencia de Estados Unidos en la gestión del tráfico espacial.
La necesidad de China de SSA, un catálogo y prevención de colisiones está creciendo. China tenía más de 900 satélites en órbita a mediados de julio de este año, según la Televisión Central de China (CCTV). El país ha lanzado más de 230 naves espaciales en 62 intentos de lanzamiento orbital hasta el momento en 2024.
54 de ellos han sido para la megaconstelación Qianfan/Thousand Sails, mientras que los primeros satélites para la constelación nacional Guowang podrían lanzarse en un cohete Gran Marcha 5B esta semana. Juntas, las constelaciones planean poner en órbita más de 27.000 satélites.
La magnitud de estas constelaciones subraya la ambición de China, pero también presenta desafíos para la gestión del tráfico espacial y la mitigación de desechos, lo que requiere sistemas SSA sólidos. Mientras tanto, SpaceX ya tiene más de 5.000 satélites en órbita para su constelación Starlink, lo que subraya la naturaleza compleja y global de los desafíos que se avecinan en la gestión del tráfico espacial. Los investigadores chinos pidieron a principios de este año que se ampliaran las capacidades de la SSA.
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