WASHINGTON – La Oficina Nacional de Reconocimiento y el Pentágono están avanzando en su esfuerzo de colaboración para utilizar satélites de vigilancia para rastrear objetivos en el campo de batalla, dijo el director de la NRO, Christopher Scolese, el 3 de octubre.
En un evento organizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Scolese reveló que para diciembre, aproximadamente 100 satélites podrían estar en órbita como parte de esta iniciativa.
“Estamos pasando de la fase de demostración a la fase operativa, donde realmente podremos comenzar a probar todo esto de una manera más operativa”, afirmó.
Los satélites sensores clasificados están diseñados para apoyar operaciones militares proporcionando datos en tiempo real sobre los movimientos del enemigo.
Esto marca un cambio en el uso de satélites para la recopilación de inteligencia tradicional y su uso para “conciencia del espacio de batalla”, señaló Kari Bingen, directora del Proyecto de Seguridad Aeroespacial del CSIS. “No es lo mismo de siempre”, dijo Bingen durante una sesión de preguntas y respuestas con Scolese.
Problema ‘centrado en datos’
Estos nuevos satélites servirán directamente en operaciones militares y probablemente habrá desafíos para la coordinación entre las agencias de inteligencia y defensa, dijo Bingen.
Scolese reconoció los problemas de integración de datos, pero expresó optimismo sobre el progreso que se está logrando. “Tenemos que entregar los datos a la velocidad y con las características que el usuario necesita”, afirmó. “Veo esto como un problema centrado en los datos”.
Bingen señaló que, para tener éxito, un sistema de seguimiento de objetivos en movimiento tiene que fusionar e interpretar datos de diferentes tipos de sensores satelitales. “Estás recopilando imágenes electroópticas, estás recopilando imágenes de radar, estás recopilando señales. Tienes que fusionar todo eso en tiempo real”, dijo.
Estos tipos de “traspasos de tareas, o tener que dar pistas y dar pistas entre un sistema de recolección de señales y un sistema de imágenes” crean desafíos políticos y culturales, señaló Bingen, porque la comunidad de inteligencia y el Departamento de Defensa no han colaborado de esta manera antes.
A pesar de estos obstáculos, Scolese informó que los problemas técnicos se están resolviendo y se están logrando avances en el frente político. “Todavía estamos en el proceso de trabajar en todas esas cosas”, dijo, enfatizando la importancia de producir datos utilizables no sólo para el ejército y la inteligencia sino también para las agencias gubernamentales civiles.
La NRO ya ha desplegado varios lotes de satélites sensores utilizando cohetes SpaceX Falcon 9, aunque los detalles sobre las capacidades de los satélites siguen sin revelarse. “Colocamos allí prototipos de los distintos satélites que nos permitieron ver lo que pueden hacer”, dijo Scolese.
Para abordar los desafíos de la integración, las agencias están realizando ejercicios y eventos de juegos de guerra, explicó Scolese, y agregó que estas actividades están ayudando a identificar y resolver brechas políticas.
Paralelamente al programa satelital de la NRO, el Departamento de la Fuerza Aérea está desarrollando un sistema de gestión de batalla diseñado para respaldar la integración de datos de satélites y de otras plataformas de sensores, en un esfuerzo por mejorar la capacidad militar para procesar y utilizar la información.
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